CÓMO DESARROLLAR
UNA
PODEROSA AUTO-CONFIANZA
©Giuseppe Isgró C.
-“Si uno avanza con confianza en la
dirección de su sueños y se empeña en vivir la vida que ha imaginado, se
encontrará con un éxito inesperado en horas comunes”-.
Henry David Thoreau
-“La confiada expectación propende a poner
en actividad todas las facultades mentales e infundirles el ardor y el
entusiasmo por la obra, basados en la fe y confianza en el feliz resultado
final”-.
W. W. Atkinson
En su famoso ensayo sobre la confianza en sí
mismo, Ralph Waldo Emerson, señaló: -“Creer
en el propio pensamiento y que, lo que es verdadero para vosotros, en la
intimidad de vuestro ser, es verdadero para todos, esto es genio. Expresad
vuestra convicción latente y ella se convertirá en el sentido universal; porque
en el momento oportuno lo interno se convierte en lo externo”-.
La auto-confianza denota seguridad,
convicción, fe y expectación positiva en los resultados. Genera una poderosa
fuerza de realización que permite seguir, con paciencia y tenacidad, para
superar las pruebas de la vida, en todas sus fases, e induce, a cada persona, a
expresar: -Yo sigo adelante, venzo todos
los obstáculos y llego a mi meta-.
Aquí reside la clave fundamental de la
auto-confianza: Tener una meta u objetivos básicos en la vida.
Toda persona exitosa, al desarrollar el
poder de la confianza, ha definido, primeramente, su objetivo, al cual, a
corto, mediano y largo plazo, concentra toda su capacidad creativa y poder de realización.
Conociendo que cada uno de los esfuerzos
desplegados conduce a un fin determinado –y satisfactorio-, con una curva
factible de resultados, debidamente planeados –y abordados- por su estricto
orden de prioridad, en el espacio y tiempo, proporciona una profunda sensación
de seguridad y mantiene estable, en la pantalla mental, una idea, un proyecto,
objetivo o meta, cuya constancia confiada, en la acción, coadyuva a su
realización o éxito.
El conocimiento es la base del poder de la
confianza. Se teme lo que se desconoce, empero, lo que se conoce inspira
confianza. Ese es el gran secreto.
En primer lugar se requiere conocer la
vida, sus leyes y valores universales, lo cual implica un programa sistemático
–y gradual-, de estudio de todas las ciencias, filosofías y doctrinas, antiguas
y modernas, que amplíen tu visión del entorno, para descifrar de dónde vienes,
ubicarte en que posición te encuentras, vislumbrando las tendencias cuya
dirección sigues.
En segundo lugar, el auto-conocimiento,
siguiendo el precepto que Quilón, el Lacedemonio, -uno de los siete sabios-,
inscribiera en el Templo de Apolo, en Delfos de la antigua Grecia, de: -“Conocete a ti mismo”-, el cual permite tener conciencia de tus
aptitudes, carencias o necesidades, -fortalezas y puntos menos fuertes-, y,
deseos y aspiraciones, que te indican el camino que debes seguir para optimizar
el uso de las primeras y desarrollar las segundas para impulsar tu propia
evolución y autorrealización.
Auto-conocerse, significa, también, conocer
a los demás. La visión del entorno, permite percatarte donde estás y en que
dirección puedes ir. La vocación y las propias necesidades, hacia dónde debes
ir. Tus aptitudes, cuan lejos puedes llegar; y, tus aspiraciones y/o
necesidades, las metas que elegirás y que estás en disposición anímica de
alcanzar.
Tu confianza en la vida, en ti y en los
demás y en las bondades y factibilidad de tu objetivo, permite mantenerte firme
en tus propósitos y alcanzarlos con certeza.
Conocer, en cada caso, el objetivo a
lograr, el tiempo en que se alcanzará, los elementos de la tarea o trabajo, las
alternativas posibles, además de las propias capacidades o limitaciones,
estimula el poder de la confianza, el cual atrae, como un poderoso imán, a los
elementos coadyuvantes: personas o recursos adecuados a las metas propuestas.
El poder de la confianza es la base de una
de las cuatro virtudes de los antiguos, es decir, el coraje o valor, que
permite seguir adelante, persistir, actuando con seguridad, y triunfar; alimenta
la fortaleza de espíritu necesaria para superar, creativamente, todos los
obstáculos.
Se tiene coraje hasta donde alcanza la
fortaleza, y ésta, en el grado de aquél.
La otras tres virtudes que requieren
práctica constante como elementos coadyuvantes del poder de la confianza, son: la
sabiduría y/o la prudencia, la primera, permite ver claramente el camino bajo
la égida de los valores universales; la segunda, indica hasta dónde debe
recorrerse; la justicia, cuya confianza en ella facilita recibir con seguridad,
así como dar, la debida compensación, oportunamente, y, actuar, además,
justamente, en todos los actos; y, la templanza o moderación, conlleva
administrar adecuadamente la provisión de recursos con que la naturaleza de las
cosas, y la providencia universal, en cada etapa, ponen a la propia
disposición.
Empero, las demás virtudes deben ser
practicadas como evidencia del autodominio inherente, entre ellas encontrar el
propio orden en la vida, siguiendo las directrices de la ley de afinidad
cósmica.
La auto-independencia, mediante la cual se
elige, libremente, dentro del cumplimiento de las leyes cósmicas, las propias
metas, de acuerdo a la suma existencial inherente.
La paciencia, cuando hay que esperar el
momento oportuno para plasmar la victoria o triunfo, insta a perseverar, de
acuerdo al esquema cósmico, hasta alcanzar los propios objetivos.
La tolerancia, dentro de los parámetros
permisibles, es una poderosa clave del autodominio y facilita que las cosas
caigan –o se impulsen- por su propio peso, armonizando situaciones. En todo, lo
que importa es el resultado final.
La autodisciplina, mantiene firme el timón
de la vida, en las propias manos, hasta alcanzar cada una de las metas
prefijadas.
La actitud mental positiva: enfoque que, en
cada situación, ve el lado bueno de las cosas, para que, como decía el maestro
Jesús de Nazareth, -“en lo que ves, te
convertirás”-, puedas sintonizarte con los canales creativos que conducen a
la autorrealización.
La humildad, fuerza aerodinámica que vence
resistencias.
La bondad, la generosidad y el altruismo,
conjuntamente con la equidad y la justicia, permiten hacer el bien
desinteresadamente. En esto consiste la Regla de oro: -“Hacer a otros lo mismo que a cada quien le gustaría recibir, en
idénticas situaciones”. O su enfoque opuesto: -“No hacer a nadie lo que no se quisiera para sí”.
El amor, poder supremo del universo, supera
todas las barreras y/o fronteras, vivifica el espíritu, armoniza la vida
universal, crea lazos de afecto fraternal en los seres y los unifica en el
ideal cósmico de la luz divina, de la sabiduría y de la gradual evolución,
hasta alcanzar la maestría de la creación y ascender siempre a un más allá de
progreso y autorrealización.
La quietud, la calma y la serenidad, para
mantener el control de la situación, el equilibrio, la energía vital constante
y la lucidez mental, para actuar en el momento justo, haciendo la cosa
correcta, aplicando la fuerza suficiente, logrando los resultados adecuados, en
cada caso; cuyas prácticas asiduas fortalecen el poder de la confianza.
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El poder de la confianza facilita la
auto-aceptación y convertirse, en las prudentes palabras de Sören Kiekegaard: -“En la persona que se anhela ser”-.
Ralph Waldo Emerson, expresó: -“Ten confianza; cada ser vibra a esta cuerda
de acero. Acepta el puesto que la Divina Providencia ha encontrado para ti, la
necesidad de tus contemporáneos y la conexión de los eventos. Los grandes
hombres siempre han hecho así y se han confiado, como niños, al genio de su
tiempo, testimoniando su conciencia de que Aquél que posee, absolutamente,
mérito de confianza, había tomado puesto en ellos trabajando a través de sus
manos y dominando en la totalidad de cada ser”-.
En el desarrollo del poder de la confianza,
es preciso seguir varios pasos:
1.
Es imperativo que
tú realmente desees tener éxito en la vida, en tu profesión, en la convivencia
familiar, en los estudios y en todos los ámbitos existenciales y sientas la
urgente necesidad de tenerlo aquí y ahora.
2.
Si tú quieres,
puedes. El secreto consiste en vivir con plenitud; aborda cada tarea con total
dedicación y entusiasmo. Cuando la actividad alcanza su mayor intensidad, y
resistencia, la persona que utiliza el
poder de la confianza persiste y logra
los resultados positivos apetecidos.
3.
Concentra tu
capacidad en objetivos claramente definidos, en estricto orden prioritario, en
todas las áreas de tu interés: Trabajo profesional, vida familiar, estudios,
recreación y actividades sociales en general. Desarrolla el poder de la
confianza dedicándote en cuerpo, alma y espíritu a lo que te gusta, a
conquistar tus objetivos cada vez en un mejor y más elevado nivel de
resultados. Vive realizando tus metas. Duerme, imaginando la realización
exitosa de tus estrategias; ejecuta intensa y sosegadamente, con desapego y
dedicación creativa, las cosas que te gustan y la confianza emerge,
gradualmente, con naturalidad, generando la visión y el poder suficientes para
seguir adelante cuando más ardua se vuelve la tarea, optimizando cada vez mayor
grado de persistencia capaz de alcanzar los resultados apetecidos.
4.
Repítete: -Es fácil;
voy a lograrlo. Visualiza en la pantalla mental el resultado final
claramente realizado. Luego, afirma: -Gracias, Ser Universal, esto:
(especifícalo) -o algo mejor- ya está logrado en armonía con todos y con el
Todo. Realiza tus objetivos sin esfuerzo objetivo alguno, con expectativas
positivas, dejando encargada a la mente psiconsciente el logro prefijado, sin
interferir.
v Procedimiento: Relájate física, mental y
espiritualmente desde los dedos de los pies hasta la cabeza; imagina que te
encuentras en un escenario de paz, en contacto armónico con la naturaleza, en
una playa, lago o río, flotando en el agua en posición flotante sobre las
espaldas y rodeado de una nube blanca que te envuelve como un manto protector
dando por hecho que es el Ser Universal que te protege de esta manera.
v Imagina o visualiza el resultado final debidamente
realizado.
v Da las gracias al Ser Universal por cuanto el
logro apetecido u otro equivalente o mejor está ya logrado en armonía con
todos.
v Ahora, ejecuta la acción adecuada, con confianza,
naturalidad, serenidad, calma imperturbable y un absoluto silencio, una y otra
vez, hasta lograr los objetivos.
v Con este procedimiento has programado la mente
psiconsciente que es la creadora y la
verdadera realizadora del objetivo
planificado. Una vez llevada a cabo dicha
programación, mediante la enunciación por escrito de los objetivos y la
visualización de los mismos debidamente alcanzados, y expresado gratitud por su
logro, es preciso actuar con desapego, sin interferir el proceso puesto en
marcha en la mente creadora interior. Hay
que dar por hecho el logro, actuando como si ya fue realizado exitosamente.
5.
La constancia
confiada logra todas las metas. Recuerda, la vida te dotó para triunfar y,
además, espera tu éxito para que seas un instrumento útil en los planes del
Gran Arquitecto del Universo.
6.
Actúa con absoluta
ética para potenciar tu autoridad moral la cual permite ejecutar en mayor grado
el poder de la confianza, por cuanto no tienes nada que temer. Puedes continuar
andando por la vida con la frente alta, el caminar tranquilo, la conciencia en
paz, el espíritu radiante, y el futuro deparándote, cada vez más, mejores
tareas para acrecentar tu evolución integral.
7.
Organiza tu
trabajo diario: Sepas lo que tienes que hacer todos los días, programando, cada
noche, en estricto orden prioritario, lo que debes realizar en la jornada
siguiente.
v Clasifica tus actividades en urgentes e
importantes, enumerándolas por el orden de importancia, estableciendo,
claramente, prioridades.
v Empieza por la número uno y así
sucesivamente. Concentra toda tu
capacidad creadora en una actividad a la vez. Luego vas pasando a la siguiente
hasta realizarlas todas o lo que sea factible realizar.
v Las tareas pendientes encabezarán la lista del día
siguiente. Con este método se mantiene el trabajo realizado y se gana en
auto-confianza y efectividad.
v Aplica el mismo sistema a tus obligaciones y
compromisos: resuelve todas las situaciones.
v Hazlo por escrito para imprimirle la verdadera
dimensión a cada tarea. Controlado todo en el papel, en la práctica se hace más
fácil su ejecución, generando una autentica auto-confianza.
8.
Acrecienta tu
fortaleza y valor. William James,
-pensador del siglo XX-, destacó la importancia de sustituir el temor por la confianza y la determinación, lo cual
produce, en cada quien, un profundo efecto tonificante. Cada vez que un
pensamiento de temor se infiltra en la mente, sustitúyelo por otro de valor. La
mente tiene cabida sólo para un pensamiento a la vez, positivo o negativo. El
uno desplaza al otro, al igual que la luz evacua la oscuridad. Escoge los
pensamientos positivos opuestos a los que, eventualmente, deseas corregir y
fortalece, en ti, automáticamente, los de auto-confianza, amor, calma,
tranquilidad, serenidad, seguridad, salud, bienestar, abundancia, sabiduría,
alegría y gratitud, entre otros.
9.
Afirma: -Todo me está yendo en excelente forma.
Tengo confianza. Las cosas siempre
salen bien si les da, a la vida, la oportunidad de ayudarte, y haces, además,
lo que está a tu alcance realizar.
10.
Los objetivos, en
general, resultan más fácil alcanzarlos, que dejar de hacerlo, si se abordan
rápidamente, con resolución; querer es poder. La auto-confianza activa tu poder
creativo-realizador. Tú, siempre puedes si realmente crees, y, además, quieres.
En la vida, por ley cósmica, todo tiende a la realización positiva, aún en los
momentos menos fáciles.
11.
Toma la decisión
de afrontar las situaciones de la vida, tan pronto se presenten, con agilidad,
prestancia, confianza, serenidad, coraje y valentía, aplicando toda tu
capacidad creativa y observa como las cosas las resuelves, con rapidez y
efectividad.
12.
Valora cada
situación en su exacta dimensión. Jamás sobreestimes ni subestimes una
situación, tanto en sus beneficios como en sus consecuencias; aplica, siempre,
el método científico de resolución de situaciones, el cual consiste en:
v Definir, por escrito, la
situación que requiere solución.
v Analizar la misma, con
serenidad, objetivamente, y dividirla en sus unidades más pequeñas,
jerarquizándolas por su orden prioritario.
v Buscar todas las
eventuales soluciones posibles, y escribirlas.
v Evaluarlas y seleccionar
la mejor. Es preciso hacerse cargo probable de los resultados factibles,
preguntándose: Si llevo a cabo este curso de acción y sucede lo mejor, resuelve
satisfactoriamente la situación? Y, si ocurriese lo menos favorable, podré
controlarla sin consecuencias negativas? Si ambas premisas se cumplen, se puede
tomar la decisión.
v Tan pronto hayas elegido
la mejor solución, es preciso ponerse de inmediato a la acción, actuando con firmeza,
confianza y constancia, hasta resolver, satisfactoriamente, el caso respectivo.
v Todas las noches, al
acostarte, relájate -física, mental y espiritualmente-; y duérmete dando las gracias al Ser Universal
por cuanto el caso ya está resuelto.
v Visualiza la solución en
su etapa culminante, dejando libre el canal de manifestación.
13.
Haz todo lo que
debes hacer, -sabia y prudentemente-, y verás como, con cada logro obtenido,
aumenta tu poder de auto-confianza. Esta es la regla máxima. Conserva tu
autenticidad. Comprende la causa de los acontecimientos y tendrás el valor de
aceptar las cosas tal como son, transmutando, cada situación, en oportunidad.
Adelante.